Amanecer de Mulares y Burdéganos

Por Sergio Díaz Ramírez,
Ing. Agrónomo Eco granja Parque Cordillera.

Tan antiguo, histórico, noble, trabajador e injustamente asociado al concepto de torpe. Es, por el contrario, vivaz, de carácter, asociado al hombre con su pureza y cruzas, en las principales hazañas (batallas, ascensiones a altas cumbres, minería, agricultura, ganadería…). Proveniente del asno silvestre del norte de África, el Equus africanus asinus, se caracteriza por alcanzar una media de1,5 metros de altura, color ceniciento a marrón y orejas largas.

Burricus (caballo pequeño), deriva del latín y debido a que comparte el 97% de los genes con el caballo, ha podido producir crías por cruza. Sin embargo esta similitud no alcanza para que dicha descendencia sea fecunda. Esta característica genética es de mucho valor en el campo, pues las cruzas que han originado mulas y burdéganos son de máxima utilidad en las labores rurales, principalmente en actividades campesinas, por cierto, ya que el desarrollo de la maquinaria agrícola, utilizada en labores con mayor tecnología, influyó directamente en la merma significativa de la especie.

En las costumbres campesinas, cuando escuchamos hablar del burro yegüero, debemos asociarlo a un burro macho criado con yeguas, de manera que se acostumbre a esa especie y cuando se desarrolle pueda cruzarse con una de ellas. Así se origina la cría híbrida llamada mular (macho o mula), con características de mayor fortaleza que el burro y especial en labores de carga en ascensiones de andinistas.

A la inversa cuando un potro se cruza con una burra (esto es de menor ocurrencia) y generalmente con la intervención del hombre, se obtiene el burdégano, cría parecida en la cabeza a los caballos y cuerpo más pequeño como los burros. La esterilidad se debe a la diferencia de pares de cromosomas entre ambas especies.

Relatado por la historia, fue el rol de los mulares en la ruta del Ejército Libertador que cruzó la cordillera de Los Andes, en busca de la independencia. En esa hazaña se ocuparon 10.600 mulas y solo 1.600 caballos, en las seis columnas de ingreso a Chile y especialmente en las dos de nuestra zona. Los Patos (San Juan hasta Putaendo) y Uspallata (Uspallata hasta Los Andes). Silla, carga y marcha, como funciones relevantes, sin embargo algo mas desconocido es la importancia del rebuzne, como señal de advertencia ante el peligro de la noche (pumas, extraños…), debido a su extraordinaria sensibilidad y conocimiento del entorno.

La mula es un animal muy rústico y seguro en la montaña. Casi no se desbarranca, no se tropieza y es muy raro que tenga un accidente. Depende eso sí, de si el jinete sabe andar sobre ella. En general tiene mucha desconfianza del hombre, por lo cual se requiere un alto grado de conexión. Poseen la fibra para soportar 120 kg de carga, pero también tienen la clase para ser entrenada en la elegancia del paso fino.

 Nota del autor: En Santa Rosa de Los Andes aún existen huellas frescas de una tropilla de burras, golpeando el cemento en busca de la sed de ese andino que añora tiempos idos y anhela saciar su nostalgia (jáquima, cabresteo y vamos montando al anca). Hurra por esos criadores, que nos permiten ese pequeño lujo. Hurra por esos arrieros, de precordillera que con sus mulas cargadas dejan rastros por leña y rebaños. Hurra por Anjari, que en tiempos nuevos concentra el mayor rebaño de asnos de Aconcagua, en busca de su protección, tratamiento tecnológico de la leche y mantención de costumbres patrimoniales.

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