Marco Antonio Barbosa y Guillermo Sánchez participaron en cabalgata que recreó cruce del Ejército Libertador

09/02/2022
Autor: Rodrigo Crooker Sáez

Ambos conversaron sobre la experiencia, financiada a través de un aporte del Fondo Nacional de Desarrollo Regional.

El director de la Federación Criadores de Caballos Raza Chilena Marco Antonio Barbosa y el jurado de Exposiciones Guillermo Sánchez formaron parte de una enriquecedora experiencia en la Cordillera de Los Andes, al sumarse a una cabalgata que recreó el cruce del Ejército Libertador.

“Lo que hicimos fue un proyecto que se presentó al Fondo Nacional de Desarrollo Regional, que lo lleva la Municipalidad de Putaendo, y es un proyecto que ha avanzado desde el año 2000 y 2001, levantado con la ayuda del Ejército y Servicio País, más gente que quería rescatar la cultura, tradiciones y la historia que tiene Putaendo al ser el primer pueblo libre de Chile, porque por ahí pasó el grueso del Ejército Libertador en el año 1817”, explicó Sánchez en conversación con CaballoyRodeo.cl.

Barbosa, por su parte, valoró la oportunidad que se abre para desarrollar eventos de esta índole apelando a estos fondos estatales: “Abro una invitación a que aprovechemos estos recursos que hay de financiamiento para nuestra actividad, aprovechemos de conocer más de la historia de nuestro país, sigamos poniendo nuestras tradiciones y nuestro caballo en la palestra”, postuló.

La cabalgata y el sentido histórico

Guillermo Sánchez habló en profundidad sobre la cabalgata, apuntando a que “en esa época, cuando se armó el Ejército de Los Andes en Mendoza, se formó con gente de los chilenos de esa época que querían independencia, más la gente de Argentina, pensando siempre en la libertad de América, por eso se hicieron los esfuerzos de armar un Ejército que liberara Chile, luego avanzara a Perú y liberara a toda América de los realistas”.

“En base a eso, en esos tiempos se organizó el Ejército de Los Andes y fue el cruce. En ese tiempo estaba Manuel Rodríguez y un montón de arrieros, como Justo Estay, que era de Putaendo y fue quien guió al Ejército por ese lado. Se corría la voz, un poco para confundir a los realistas, que el Ejército iba a pasar por Talca o por el norte, pero fue una estrategia. Finalmente, el grueso del Ejército salió desde Argentina en un lugar que se llama Plumerillo, en Mendoza, que fue desde donde partieron las caravanas con mayor contingente”, continuó en su relato.

Luego, en palabras de Sánchez, “pasaron desde el valle Los Patos, por el paso Las Yaretas, por el Valle Hermoso, que está en Putaendo, y dentro del de Putaendo se abre a uno que se llama el Valle del Chalaco. En este caso, la cabalgata lo que quiere rememorar es ese paso histórico que es una travesía reconocida a nivel mundial por lo difícil que significa trasladar el armamento, los soldados, los mulares, los caballos y todo el Ejército por una cordillera que es de las más heladas y altas en el mundo, y aún así, llegar acá, combatir y ganar. No fue nada de fácil”.

La Municipalidad organiza este proyecto con platas del Gobierno Regional y se invita a las autoridades que tengan que ver algo con control fronterizo o tema histórico, y en este caso se invitó a un director de la Federación de Criadores, que fue don Marco Antonio, quien se interesó en participar y le dieron un cupo para que se hiciera parte del proyecto”, explicó.

“Yo, por mi parte, iba con doble camiseta, porque trabajo en el Servicio Agrícola Ganadero, y también como jurado de Exposiciones, me quisieron invitar para que me hiciera parte, porque yo fui parte del primer proyecto en el 2001, cuando trabajaba en el Servicio País, entonces eran 20 años que había que celebrar”, siguió.

“Es un esfuerzo bien grande para todas las personas que participan, van arrieros que llevan años, toda su vida cruzando la cordillera, pero hay gente que tiene muchas ganas de vivir la historia, pero no saben de cordillera, como dice Patricio Manns, de quien nos acordábamos allá… hay gente que no la conoce ni sabe qué se siente hasta que está allá, cuando ve que el día amaneció con el cielo azul, pero a las 12 está nublado y está lloviendo, por decir algo, o cuando tiene que cruzar los ríos, cuando el viento le vuela el poncho… ese tipo de cosas hay que vivirlas, no sirve que se las cuenten”, destacó.

“En esta travesía se pasa por un lugar que se llama el Aletón, que es por donde pasaron algunas tropas y cayeron, se desbarrancaron algunas mulas del Ejército y a lo largo del tiempo se han muerto ahí otros mulares o caballos, porque es un trecho muy angosto, sobre piedra, pasa como a 500 metros por sobre el río, entonces está la muralla del cerro, el paso y el barranco abajo, a veces cuando las mulas van sueltas se topan unas con otras y una bota a la otra. Ahí la gente se baja, pasan a pie con su caballo tirando y suben después. Como las huellas son angostas, es fácil resbalarse o pasar por abajo del caballo. Es bonito, hay hartos registros bien interesantes”, finalizó.

La visión de Marco Antonio Barbosa

El director de la Federación de Criadores Marco Antonio Barbosa, quien encabeza la Comisión Cabalgatas, puntualizó que “fue un honor que me hayan invitado, porque esto era un fondo concursable y de inscripción abierta, así que tuve la suerte que a través del Servicio Agrícola Ganadero conseguimos un cupo y fuimos en representación de la Federación tanto Guillermo como yo. Para mí, como director encargado y precursor de las cabalgatas fue muy interesante ver un tipo de organización distinta a la que hacemos. De partida, que esto esté financiado por el Gobierno Regional ya es una sorpresa, y esperamos que probablemente se pueda llegar a implementar en nuestra Federación”.

“Fue interesante la modalidad, porque se abre a gente que no es del mundo del caballo, y eso ha sido una postura constante de mi parte, de llevar gente que no es de nuestro ámbito para que lo descubra y lo conozca. Por el otro lado, fue interesante conocer la cultura del arriero, la forma de los atuendos, los aperos y todo lo del mundo huaso, pero de cordillera, distinto a lo que conocemos, y fue muy enriquecedor”, expresó.

“Otra experiencia positiva es cómo el caballo es un ente aglutinador, que acerca a las personas, porque en este grupo aparte de los arrieros y organizadores, nadie se conocía entre sí, entonces es muy interesante cómo en torno a este mundo, a la cordillera, el caballo, las mulas, y a todo esto, se crean barreras, todo el mundo se interna y se ayuda. Me tocó mucho ayudar a gente que no era de a caballo explicar cómo montar, cómo manejarlo y eso fue muy gratificante”, argumentó.

“Este mundo del arriero hoy se ve amenazado, al igual que todas las actividades relacionadas con los animales, entonces es importante que el mundo, la opinión pública, conozca esto, los arrieros son personas que imponen soberanía sobre estos territorios fronterizos, porque informan a Carabineros, al SAG, de cualquier irregularidad que ocurre en la cordillera y todo es es muy valorable”, postuló Barbosa.

Continuó el dirigente de los criadores señalando que “una cosa anecdótica es que para Guillermo, que es un arriero de nacimiento y de familia de arrieros, y para mí, que he pasado toda la vida en los cerros, había partes que realmente nos asustaban, y los turistas pasaban sacando fotos, no tenían conciencia… a futuro debería hacerse una cabalgata para expertos y otra para no tan expertos, porque había partes difíciles, pero con mucho cuidado de los arrieros”.

“Por ejemplo, en una pasada que se llamaba el Aletón, una losa de piedra con muro a un lado y acantilado al otro, la gente pasó de a pie. La anécdota terrible que nos ocurrió con Guillermo, fue que el guía iba por una huella y una señora que iba entremedio se equivocó y se metió en un camino de guanacos que con suerte era de 20 centímetros de ancho y nosotros la seguimos, pero cuando nos dimos cuenta no había espacio para darse vuelta ni para bajarse… entonces, había dos señoras adelante de nosotros, una en una yegua y otra en un macho, una mula, y el macho se tiró por las piedras para arriba casi como una araña, y al momento de pasar había una especie de avalancha, de piedra molida, y cada vez que pasaba un caballo, como que se rompía y corría esto y corría un metro para abajo con el haz de roca. Nosotros mirábamos con Guillermo, calladitos no más, pero logramos sortear eso… fuimos solo cuatro personas”.

“Fue bonito tener la oportunidad de bañarse en los ríos, en un momento unos arrieros se metieron al agua a 4.000 metros de altura y sacaron truchas, comimos truchas directamente del río a la parrilla, o sea fue una cosa muy natural, muy bonita, y creo que tiene un tremendo potencial a nivel de lo que nosotros hacemos con las cabalgatas”, valoró.

“Prontamente voy a citar a una reunión a la comisión y hacer algo con los presidentes de asociaciones, porque es interesante saber que hay fondos disponibles para hacer esto, en este caso los arrieros y todo fue financiado por este aporte, y los participantes no ponían ninguno”, siguió.

Para finalizar, dijo que “fue bonito conocer y analizar cómo era la vida en ese momento y cómo se cuidaban los caballos. El Ejército pasó de a pie, con los caballos de a tiro para cuidarlos para la guerra. Entonces, uno da cuenta del valor que tenía. En total pasaron 10.000 mulas y fueron cinco pasos distintos que se usaron para distraer al Ejército realista. El más al norte fue el que hicimos nosotros, el Valle Hermoso, Paso los Patos, por ahí pasaron 300 soldados, y cuando miras esto… en esa época había más agua, más nieve, y esta gente hizo un sacrificio tremendo”.

“Este era un Ejército variopinto, porque estaba formado por ex esclavos que cambiaron su libertad por participar, por indios, civiles, militares extranjeros. Esta era una guerra contra Napoleón, porque era una rebelión contra José de Bonaparte, reinando en España, y los países sudamericanos se rebelaban contra este invasor, y sin embargo en el Ejército libertador había oficiales franceses, que les dijeron ‘o colaboran o colaboran’. Imagino esto sacrificado, lleno de gente distinta, de entusiasmo… fue bien bonito y pasamos por los lugares donde se produjeron las primeras escaramuzas, así que era bien profundo, a pesar de que lo estábamos haciendo al revés, porque íbamos de aquí para allá. Los arrieros, además, eran bien conocedores de los lugares donde pasaron y donde no pasaron”, concluyó.

Fuente: https://www.caballoyrodeo.cl/portal_rodeo/site/artic/20220209/pags/20220209162621.html

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