Arturo Prat Chacón

Agustín Arturo Prat Chacón nació el 03 de abril de 1848 en la casa patronal de la hacienda de San Agustín de Puñual, ubicada en las cercanías del pueblo de Ninhue, departamento de Itata, región del Ñuble.

Fueron sus padres don Pedro Agustín Prat Barril, de antiguos ancestros en la villa de Santa Coloma de Farnés, corregimiento de Gerona, en la región de Cataluña, España, y doña María Luz Rosario Chacón y Barrios, hija de don Pedro Chacón y Morales, y de doña Concepción Barrios.

A consecuencia de un incendio que destruyó el negocio que su padre poseía en Santiago, que le causó la ruina, la naciente familia debió trasladarse a la hacienda San Agustín de Puñual, donde fueron acogidos por don Andrés Chacón, hermano de su madre, propietario de la hacienda. En este lugar la pareja Prat Chacón tuvo tres hijos que murieron a los pocos meses de vida, siendo Arturo el número cuatro. De salud delicada y contextura muy frágil, su madre confió el fortalecimiento de su salud a la hidroterapia del método Priessnitz.

Durante la llamada “Fiebre del Oro de California”, su tío Andrés Chacón, realizó negocios en los Estados Unidos, con desastrosos resultados, que le costaron la ruina económica, por lo que se vio en la obligación de vender la hacienda. Como resultado, la familia Prat Chacón debió regresar a Santiago. En el invierno de 1849, abordaron un velero del recorrido Talcahuano – Valparaíso. Ningún día dejó doña Rosario de aplicar a su hijo, que contaba en ese entonces con unos quince meses de edad, el sistema Priessnitz, utilizando las gélidas aguas del mar.

En la capital, la familia se radicó en una chacra situada en la actual comuna de Providencia, de propiedad de su abuelo, don Pedro Chacón, en ese entonces cercana a la ciudad. En este ambiente campestre se fue desarrollando físicamente, dejando atrás su “complexión raquítica y endeble… expresión melancólica… aire distraído y apariencia triste y enfermiza”, de acuerdo a lo que recordaba de él su tío Jacinto Chacón, como resultado de su afición por los ejercicios físicos. Ejercicios que no excluían el pugilato con otros niños de su edad. En una ocasión, mientras disputaba una pelea con otro niño fue atropellado por un coche, sin tener que lamentar mayores consecuencias.

En 1854, se vendió la chacra y la familia se trasladó a una modesta casa en la calle Nueva de San Diego, llamada hoy día Arturo Prat. Dos años después, ingresó a una escuelita inaugurada ese año en la misma calle, que tenía una torre con una campana para llamar a clases y por ello se le conocía como la “Escuela de la Campana”. Era dirigida por el visitador General don Bernardo Suárez y el Subdirector, el normalista don Eliseo Otaíza.

Durante sus años escolares demostró ser un alumno de buena conducta, a excepción de pleitos y travesuras propias de la niñez, tenía problemas con las matemáticas, específicamente con la aritmética, que superó posteriormente, tanto así, que en 1856 obtuvo distinción en esta materia, además de lectura, geografía y religión.

Su madre recordaba de este periodo de su vida: “Tenía una tendencia muy marcada al aislamiento y la reserva”; y que “regresaba de la escuela haciendo mil travesuras por el medio de la calle, pero siempre solo”. Usaba la fuerza cuando sentía atropellado en sus derechos. Un compañero se refería a una pelea con él por haberse comido una empanada frita en exceso de las que le tocaban, dejándolo sin ella. En otra oportunidad, alumnos algo mayores lo amenazaron armados de palos. Al día siguiente, se consiguió con un almacenero vecino un cuchillo o machete, con el que enfrentó a sus rivales, quienes lo acusaron al Director Suárez. “Fue sólo para intimidarlos”, se defendía. El profesor castigó la cobardía de los asaltantes y el arrojo del asaltado.

El 25 de agosto de 1858 dejó la escuela y el 28 de ese mes, con solo 10 años ingresó a la Escuela Naval.

Como despedida de la escuela de su alumno el profesor Suárez anotó en sus registros: “Aplicación, excelente; capacidad, buena; asistencia, constante; carácter, inmejorable”.

El Cadete

Su ingreso a la Escuela Naval se debió a las becas creadas por el Presidente de la República Don Manuel Montt Torres. Eran dos por provincia: Una, de Arauco tocó a él, la otra, a su amigo Luis Uribe Orrego. Ambos tenían como apoderado a Jacinto Chacón, su tío y padrastro de Uribe.

Entonces dirigía la Escuela el Marino francés Juan Julio Feillet, secundado por su compatriota Anatolio Desmadryl. Los jóvenes Prat y Uribe formaron parte del llamado “Curso de los Héroes”, integrado, entre otros, por Constantino Bannen Pradel, Carlos Condell de la Haza, Wenceslao Frías Urrutia, Miguel Gaona Yáñez, Juan José Latorre Benavente, Francisco Javier Molinas Gacitúa, Carlos Moraga Suzarte, Jorge Montt Álvarez, Guillermo Peña Urizar, Emilio Valverde Prieto, por nombrar los más importantes, todos ellos personajes destacados en la Guerra del Pacífico.

Su primer año fue irregular en los estudios, distraído, continuaron sus dificultades con las matemáticas. Sin embargo, al igual que en la escuela, se sobrepuso y logró una medalla de plata por sus logros.

En 1859, su segundo año como cadete, debió iniciar el aprendizaje náutico. Su primer viaje de instrucción lo realizó en el vapor “Independencia”, con maniobras de vela y aparejo, para seguir después con las prácticas de marinería y artillería. Más o menos en diciembre de 1859 zarpó a Caldera y de regreso siguió viaje al sur llevando víveres para el vapor “Maipú”, de estación en la costa de Arauco. En estos primeros quehaceres náuticos visitó los principales puertos del litoral de la república.

En enero de 1860, abordó por primera vez la casi nueva “Esmeralda”. Embarques y desembarques, simulacros de combate y otros. Permaneció allí hasta marzo de ese año, regresando luego a la Escuela. A mediados de ese año, volvió a embarcarse en la “Esmeralda”, que en unión de los vapores “Independencia”, “Maipú” y “Maule” se dirigieron a Quintero a las órdenes del Contralmirante Roberto Simpson a ejercicios de tiro y maniobras varias.

En el libro de clases de ese año encontramos las siguientes anotaciones: “Condell al encierro, por pegarle a Prat” y “Prat peleó con Condell. Cuatro horas de arresto”.

Por esos días, presenta un marcado desarrollo físico, antes tan débil y enfermizo, fortalecido por la práctica constante de ejercicio gimnástico. Su tío Jacinto, recordaba que podía levantar pesadas barras de hierro y soportarlas por largos minutos con los brazos extendidos.

En julio de 1861, en sus pruebas finales de teoría, obtuvo el primer lugar entre sus compañeros.

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