Basado en escritos de Georges Harrand
La Monta a lo Amazona Huasa ha tomada un gran auge actual, tanto así, que esta integrada al Reglamento del Rodeo Chileno y Movimiento a la Rienda, y esta temporada clasificó a Final de Rancagua Gabriela Balmaceda y se convirtió en la primera Campeona Nacional de la especialidad.
También existe una Escuela Ecuestre llamada “Amazonas de la Tradición Chilena” que efectúa exhibiciones.
Nos dice el investigador Georges Harrand, sobre el nacimiento de esta silla de montar:
“Al principio, el Renacimiento no trae más que muy pocos cambios en, los arreos; sin embargo, se ve aparecer en el siglo XVI la “silla de picar”, que todavía encuadra sólidamente al jinete, pero corresponde mejor a las necesidades de la época. Durante cerca de dos siglos servirá de silla de armas y de silla de caza.
La contera y la parte anterior de la silla son bajas, a veces provista de dos cinchas, esta silla esta por lo demás sujeta por un pechero y una grupera.
Resta pieza fue de uso corriente hasta el siglo XVIII, en que se desarrolla el empleo del estribo cerrado que protege la parte anterior del pie contra los golpes y la intemperie. También es más fácil de sacarse en caso de caídas.
Junto con estas sillas utilitarias, los altos personajes empleaban en algunas circunstancias, “sillas de parada”, así François de Valois, duque de Bretaña, en el que en un retrato de la escuela de Clouet aparece sobre una silla que desaparece bajo una larga cubierta que llega hasta casi el suelo, aislando completamente los flancos del caballo de las piernas del jinete.
A fines de la Edad Media, cuando las mujeres del pueblo y a menudo las burguesas cabalgaban a horcajadas, las damas más nobles adoptaron el uso de una especie de asiento de tres lados, por debajo del cual los pies descansaban sobre una tablilla.
Todavía en 1454 se ve a la reina María de Anjou sentada en cojines ala grupa detrás de un jinete, muy probablemente Carlos VII.
Es Catalina de Médicis la que inventó la “Silla con Cuernos”, que sujetan la pierna derecha doblada y provista de un solo estribo acolchado; en 1561 el platero menciona que se proporciona un estribo cerrado para el pie izquierdo.
Según Brantome, esta silla tuvo mucho éxito. La reina dice “estaba muy bien a caballo y era audaz y se mantenía con mucha gracia, siendo la primera que pusiera la pierna sobre el arzón, tanto que la gracia allí era aún más bella que sobre la tablilla”.