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Uno de los tragos de la cocina chilena que destaca es el famoso Cléry, que en sus inicios se asoció a la derivación del Borgoña.
Aunque tiene un origen inexacto hay quienes sostienen que este trago habría sido preparado por primera vez en Talca, Región del Maule, y que – según los diversos relatos locales y sitios dedicados a la cocina típica chilena – su nombre proviene del Río Claro. ¿La razón? porque las frutillas utilizadas para su elaboración se obtenían desde el otro lado de este afluente maulino.

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Su preparación consta de pocos pasos, pero que al ser realizado con precisión garantiza un Cléry delicioso y refrescante. Además de picar la fruta y medir bien la cantidad de azúcar, éste se sirve helado, por tanto, la anticipación es de vital importancia.
¿Y qué necesitamos? Para ello debemos contar con los siguientes ingredientes:
- Dos tazas de frutillas frescas.
- Dos a tres cucharadas de azúcar blanca (aunque la cantidad es a gusto de quien lo prepara).
- Una botella de vino blanco de 750 cc.
¿Y cómo lo preparamos?
- Primero, lavamos y picamos las frutillas en pedazos pequeños (pero si éstas son diminutas puede dejarlas enteras).
- Llévelas a un bol y espolvoree azúcar a gusto y luego deje que maceren hasta que el azúcar se haya disuelto. Listo lo anterior, llene una jarra con el vino, añada las frutillas, revuelva y deje reposar en el refrigerador, mínimo una hora. Sírvalo bien helado y disfrute.

Fuente: https://saberesysaborescolchaguinos.cl/portfolio/recetas-con-historia-el-refrescante-clery/
El Clery también puede ser preparado con Chirimoyas, duraznos, u otras frutas.