
Hay variadas historias, todos los pueblitos que fabrican se las tratan de atribuir. Esta es la historia de los dulces chilenos de Curacaví. La historia cuenta que los visionarios pioneros iniciaron la elaboración de dulces, como es el caso de don Justo Poblete, que en el año 1910 obtiene el primer permiso, según consta en los registros municipales.
La primera versión que se maneja para el origen de los dulces chilenos, era que éstos provinieron de tradiciones coloniales de repostería traídas por monjas agustinas provenientes de España, las cuales fabricaban tanto para consumo interno como para la obtención de recursos para la orden religiosa a la que pertenecían.
Curacaví era parada obligada de las diligencias o carretas que llevaban a los viajeros entre Santiago, la capital de Chile y Valparaíso, su principal puerto, se cuenta que las posadas u hosterías de la época, que recibían a los viajeros, solían agasajarlos con dulces, y para que estos duraran más sin perder sus propiedades organolépticas, comenzaron a bañarlos con betún, ahí surgen lo chilenitos, los príncipes con betún y los merengues.
Con el tiempo, en todas las fechas de fiestas, era muy común ver en las casas de campo, elaborar dulces artesanales, donde sus masas eran cocidas en hornos de barro y después rellenos con manjar, melcocha, dulce de alcayota o dulce de pera, algunos tapados con una capa crujiente de betún blanco. Estos eran enviados al festejado conjuntamente con la tradicional torta de chuño con betún y mostacillas.

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Las décadas del 50 y 60 fue uno de los períodos de mayor apogeo de estos productos, en tiempos que Curacaví era parada obligada para quienes viajaban entre Santiago y Valparaíso. Posteriormente en los años 80 algunas marcas dieron prestigio a los dulces chilenos de Curacaví al cumplir las exigencias sanitarias de los supermercados de Chile, tales como Los Hornitos, Agua de Piedra, Parolo y Doña Elisa (ya desaparecida). Mención aparte tienen los dulces ISSA, los cuales solo se venden en formato fresco y por unidades, no en bolsas y no se venden en supermercados, son de una calidad extraordinaria.
Existen otras numerosas fábricas que hacen dulces de calidad y que no venden en los supermercados por una cuestión comercial o por la definición de su modelo de negocios.
En la actualidad, existe una cincuentena de Fábricas que elaboran dulces chilenos en variadas calidades, los formatos más populares son
Formatos más Populares:
- Bolsas de 6 dulces tamaño “normal” (8 a 10 cm. diámetro aprox), que tienen una duración de 30 días en el lugar fresco y seco, la variedad de dulces que pueden contener estas bolsas de 6 dulces pueden ser:
Alfajores
Chilenitos
Príncipes
Empolvados
Merengues
Cocadas
Surtidos

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- Bolsas de 15 dulces Cocktail, las mismas variedades anteriores, pero en un formato mucho más pequeño (3 o 4 cm de diámetro cada dulce, ideal para banquetería).
- Potes de 20 dulces tamaño normal (menor calidad y menor precio) los cuales al no tener un sellado hermético duran menos. Comprado principalmente por comerciantes que los revenden por unidad.
- Dulces especiales: Son dulces para consumir frescos, en formato gigante, su mejor representante es la “Tacita”. El precio de uno de estos dulces equivale a una bolsas de 6 de los dulces “normales”. Algunos de los fabricantes que producen estos dulces son Millahue, La Estrella, Clarissa (Restaurante Agua de Piedra). Todos los dulces que fabrica ISSA son especiales ya que son para consumir frescos pero son en tamaño “normal”
- Milhoja: Mención aparte para este dulce chileno, que solo se produce en Curacaví, es una serie de capaz de masa (casi siempre 7) hechas en base a huevo, las cuales van rellenas con capas de manjar (a veces manjar lúcuma u otras combinaciones) y merengue en forma alternada. No es de masa hojaldre, el nombre suele confundir, algunas historias cuentan que ese producto lo creó “Los Hornitos” a fines de los años 70 o principios de los 80 y su nombre era “Pinky“.
- Tortas: Algunas fábricas también han producido y popularizado ciertas tortas (por ejemplo milhoja-manjar-lúcuma), que tienen la característica de ser pastelería seca, por lo cual tiene una alta duración.

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A través de su historia, el dulce ha experimentado algunos cambios, producidos naturalmente por efecto de la oferta y la demanda. Desaparecieron los dulces de chagual, los borrachos, los dulces de chancaca y el de grasa, pero la tradición de los dulces chilenos sigue intacta.
Fuente 1: https://www.dulceschilenos.cl/novedades/historia-de-los-dulces-chilenos-de-curacavi.html
Fuente 2: https://es.linkedin.com/pulse/el-origen-de-los-dulces-chilenos-comercial-maquinet